sábado, 16 de abril de 2011
Con ellos compartí mis emociones
Ellos me pidieron que los levantara temprano, y así lo hice. Medio soñolientos comenzaron a ver la Revista Militar de este 16 de abril, pero muy pronto sobrevino el estado de atención.
Ante sus ojos el Yate Granma escoltado por niños como el mejor cuerpo de Paz, los Alfabetizadores de ayer en las voces de hoy dispuestas a hacer cuanto más pida Fidel, y la gracia patriótica de la compañía infantil La Colmenita.
Ante sus ojos la marcialidad recia y bella de nuestras tropas: los ejércitos Occidental, Central y Oriental, las juveniles fuerzas de Prevención, las Especiales, los Guardafronteras, los muchachos del Ejército Juvenil del Trabajo, la Artillería Antiaérea, los tanquistas, los helicópteros, los MI 17 y los MIG 21..., las mujeres y hombres preparados por años para hacer de este país un hueso duro de roer por el enemigo.
Con ellos a mi lado –inquietos, impresionados y contentos por su país- me emocioné pensando en Fidel que aunque no lo pudiera ver desde la Plaza de la Revolución “José Martí” debe estar colmado de orgullo por confirmar a su mismo pueblo, vestido de muchas generaciones, diciendo SÍ una vez más al Socialismo que el proclamó como destino único hace 50 años. Ellos me notaron la emoción por alguna lágrima indiscreta, y me confesaron sentirlo igual. Mis razones, explicadas con sencillos argumentos, que vemos a diario en las calles, las escuelas, la vida de cubano de luchas y esfuerzos, son demasiado convincentes; ellos –yo lo sé- enseguida lo comprendieron.
Ahora desfilan los habaneros en representación mía, de ustedes y de ellos, y este momento será, es ya otra página gloriosa de nuestra historia, que contarán también con mi misma emoción ellos, mis hijos a los suyos.
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