miércoles, 27 de octubre de 2010

Camilo: su imagen en el pueblo

Aunque muchos de los cubanos de hoy no conocimos a Camilo Cienfuegos hemos vivido con la alegría de su imagen, con la intrepidez de su figura, con la cubanía de sus gestos. Camilo desapareció físicamente pero se multiplicó en cada niño, en cada joven para hacer realidad sus sueños de libertad en esta Isla. El 51 aniversario de su pérdida en el mar, me evoca la siguiente crónica

martes, 26 de octubre de 2010

Cuba vence en la ONU mientras un niño mejora

César Fabián nació vigoroso, de casi 10 libras de peso. Su joven madre recibió durante el embarazo todo el cuidado que una gestante necesita. En Cuba, ellos: hijo y madre son prioridad y ni los rigores extremos del bloqueo norteamericano impide atenderlos y velar por su salud. Pero la historia de estos camagüeyanos no termina ahí.
El bebé tiene ahora 2 meses de nacido. Tras una fiebre inexplicable y todos los exámenes pertinentes se le diagnosticó Meningitis…pero ya se recupera; el peligro pasó. En estos meses del año aparece la enfermedad en el país sin constituir brotes pues los niños están protegidos con la vacuna cubana antimeningocóccica tipo B (VA-MENGOC-BC), única de su tipo en el orbe que controla epidemias de meningococo B.
Así, en el Hospital Pediátrico “Eduardo Agramonte” de Camagüey, como hubiera sucedido en cualquier otro de la Isla, a César Fabián se le están garantizando los antibióticos para combatir la enfermedad, no importa cuánto le cueste al Estado su adquisición en lejanos confines del planeta. El absurdo cerco económico, comercial y financiero del gobierno imperial lo provoca. Por lo que los mismos fármacos multiplican su valor varias veces.
Este martes cuando la Asamblea General de Naciones Unidas emitió su décimo novena condena contra esta injusta medida de 48 años y exigió su levantamiento, con 187 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones, es imposible no pensar en sus efectos humanos, sobre todo en niños como César Fabián, y otros en peor situación, como aquellos que padecen enfermedades oncológicas.
Pero, el daño del bloqueo está –aunque conscientemente no lo reconozcan- en los propios norteamericanos, convirtiéndose así en un bumerán. Y vuelvo a la Meningitis de César Fabián. Recordemos que Cuba posee la única vacuna en el mundo protectora contra todos los serotipos de la meningitis meningocóccica, lo que ha cortado la incidencia de la enfermedad no sólo en la Isla, sino también en otros países. Sin embargo, por esas medidas, los niños norteamericanos no tienen derecho a protegerse, no obstante la disposición de la ciencia cubana de servir a la humanidad.
Recordemos también que los niños y niñas son inmunizados con 10 vacunas, administradas de forma gratuita, que les ofrecen protección contra 13 enfermedades. Son estas poliomielitis, difteria, tétanos, tosferina, tuberculosis, fiebre tifoidea, sarampión, rubéola, parotiditis, meningitis B y C, hepatitis viral B. Recientemente nuestros científicos lograron una vacuna contra el Haemophilus influenzae, agente bacteriano causante de meningitis y neumonías en los primeros años de vida.
Siete de esas 10 vacunas se producen en nuestro país, gracias al desarrollo alcanzado por la industria biotecnológica y farmacéutica, algunas de las cuales, como la antimeningocóccica grupos B-C y la antiHaemophilus influenzae, obtenida con un antígeno sintético, constituyen aportes cubanos a la ciencia mundial.
Y todo eso lo ignoran los norteamericanos, aún cuando los científicos de su país quisieran aumentar los intercambios con los nuestros, cuyo prestigio mundial es una realidad.
Como se demostró otra vez en la ONU, Cuba tiene y dice la verdad, porque su verdad es la de sus niños, la de sus jóvenes, la de su pueblo, que defiende con o sin bloqueo, la vida y el futuro. César Fabián hoy es mi motivo pero su rostro es el de todos los pequeños que en Cuba no merecen crecer bloqueados.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El Himno que nos estremece



Por María del Carmen Fuentes. Televisión Camagüey.
.Cantado en su forma original por primera vez el 20 de octubre de 1868, el Himno Nacional ha devenido en uno de los más trascendentales hechos de la historia patria. Esta fecha se ha tomado, por decreto del Consejo de Estado, como el Día de la Cultura Cubana.

Sólo 8 versos encierran el sentimiento patriótico de los cubanos, la urgencia redentora, la diana mambisa, el llamado al combate. Pero...¿bajo qué circunstancias nacieron estas estrofas que desde entonces veneran los hijos de la Mayor de las Antillas?
¡Al combate corred, bayameses
que la patria os contempla orgullosa!
No temáis una muerte gloriosa
que morir por la patria es vivir.
En cadenas vivir, es vivir
en afrenta y oprobio sumidos
del clarín escuchad el sonido
¡A las armas valientes, corred!
Para ir hasta la génesis del Himno Nacional hay que remontarse al 13 y 14 de agosto de 1867. En esos días se convoca a los cubanos desafectos al régimen español para constituir el Comité Revolucionario de Bayamo, El mismo quedó fundado en la rica casa del licenciado Pedro Figueredo y Cisneros (Perucho), el romántico poeta y vertical revolucionario a quien los españoles llamaban “la égida de Céspedes”.
Concluida aquella reunión conspiradora, Maceo Osorio, uno de los miembros, le dijo a Perucho: “Se puede decir que ya estamos reunidos en Comité de Guerra. Te toca a ti que eres músico, componer nuestra Marsellesa”.
Se convirtió de esta forma Pedro Figueredo Cisneros, en el bayamés vehemente que debía componer la obra capaz de inspirar a los patriotas a la gesta redentora. Inspirado en El Canto del Rhin, años después La Marsellesa, se tecleó al piano en aquella suntuosa casa la marcha guerrera nombrada inicialmente La Bayamesa. Luego de compuesta, Perucho la perfeccionó hasta convertirla en una verdadera obra musical que fue llevada a Manuel Muñoz Cedeño -albañil, músico y maestro de capilla de la Iglesia Mayor- para que la instrumentara.
Este se comprometió a interpretarla en público con su orquesta en la fiesta del Corpus Christie, en el Tedeum y la procesión, acuerdo que contó con la aprobación del padre Diego José Batista, párroco de la villa de San Salvador de Bayamo.
Así el jueves 11 de junio de 1868, fecha en que el almanaque señalaba las fiestas del Corpus Christie, en el atrio de la iglesia los músicos de la orquesta de Manuel Muñoz Cedeño esperaron el momento final de la misa: interpretarían la marcha en hosanna al Señor, mientras el padre Diego José Batista oficiaría la misa que presidiría al Tedeum. Terminado el oficio, el tintineo del incensario preludió la máxima consagración en la que el sacerdote presentó el Santísimo Sacramento, acto seguido la banda interpretó la música extraña que nada tenía de religiosa, sin cesar repetida en la procesión que dio la vuelta a la plaza, bajo el asombro de las autoridades de la colonia, que no se confundieron con el misterio de aquella melodía.
La orquesta que interpretó la marcha estaba dirigida por Muñoz Cedeño, que tocaba el violín, y compuesta por Pedro Muñoz Jerez y Juan Ramírez, violines; Manuel Muñoz Jerez, Jesús Hechavarría y José Fonseca, clarinetes; José Caridad Cedeño y Miguel Aguilera, trombones; Francisco Cedeño, bombardino; Antonio María Ramírez, figle, y José Manuel Aguilera en el contrabajo.
Horas después el Gobernador español hizo conducir a su presencia al licenciado Perucho Figueredo, y con disimulada serenidad le recriminó el haberle facilitado a Muñoz una marcha que nada tenía de religiosa, acusación que no aceptó el revolucionario, contestándole: “¿Es usted músico?...”
“Dice usted bien -respondió Udaeta- no soy músico; pero tenga la seguridad de que no me engaño.”
El 11 de junio de 1868 los patriotas y vecinos de la región, partidarios de los ideales independentistas, congregados en la Iglesia Mayor, escucharon públicamente, por vez primera, la melodía, que se difundió en los amplios sectores de la población.
Pero estos acontecimientos fueron el preludio de lo que tendría lugar cuatro meses más tarde, el 18 de octubre de 1868, cuando la ciudad es tomada por las tropas de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria. Dos días después (el 20 de octubre), al ser apresado en la sociedad La Filarmónica, cercana a la plaza, el Gobernador y su estado mayor escucharon al pueblo reclamar a Perucho la letra de aquella marcha.
Desde su cabalgadura, Figueredo escribió los versos, que circularon de mano en mano en la misma plaza en que fuera ejecutada por primera vez la música. Se cantaba así por primera vez en su forma original y en voz del pueblo bayamés el Himno Nacional.
Unos días después -el 8 de noviembre de 1868- la antigua plaza fue testigo de la jura y bendición de la bandera, con la presencia del Padre de la Patria. Esta vez de manera oficial fue interpretado por un coro y una banda el Himno Nacional Cubano.
La ceremonia quedó recogida en un óleo del artista dominicano Julio de Sangle en lo alto del presbiterio de la Iglesia Mayor, la única que posee en su interior un cuadro revolucionario.
No es hasta el 5 de noviembre de 1900 que la marcha guerrera que llamaba al combate se convirtió en himno del combativo pueblo cubano cuando la Asamblea Constituyente lo reconoció como tal.

lunes, 18 de octubre de 2010

De cirugías y quirófanos

Cuando Andy, mi hijo adolescente, fue llevado al quirófano hace sólo unos días aquejado de una apendicitis, viví en carne propia las incertidumbres, dudas y preocupaciones de un familiar ante la decisión de operar como única opción posible para preservar la vida. Entonces, mientras esperaba el final de la intervención, pensé con mayor conocimiento de causa cuán importante es que el paciente, esta vez mi hijo, goze en cada unidad quirúgica de todo tipo de seguridad.
Mis ideas y apreciaciones se centraron en el modo de hacer de los cirujanos del Hospital "Amalia Simoni". A algunos de los que en ese momento decidieron que efectivamente mi hijo padecía una apendicitis y entraron a operarle (el joven y experimentado Dr. Jose, los ya veteranos Dr.de Armas y Menocal y el residente peruano Cristian) les había escuchado disertar sólo unos días antes respecto a "La seguridad del paciente quirúgico". Un asunto del que poco se habla, aún cuando la Organización Mundial de la Salud lo potencia desde el año 2002. Será este el tema central del próximo Congreso Cubano de Cirugía, del 1ro al 4 de noviembre en el Palacio de las Convenciones de La Habana.
La antesala en Camagüey, en forma de curso precongreso reunió a especialistas de esa rama pertenecientes a varias provincias del país. Diversas experiencias expusieron los cirujanos en torno a la seguridad biológica, eléctrica, de identidad, sicológica, legal, anestésica y terapéutica.
En el video podrán apreciar otros detalles que nos permiten valorar la importantancia de que tanto todo el personal de cualquier quirófano del mundo, el paciente y sus familiares, conozcan más del tema. El resultado final será el goze que hoy yo como madre tengo de ver a mi Andy en plena recuperación, tras procedimientos poco invasivos que le hicieron sobrellevar un momento imprevisto y que no quisiéramos experimentar.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Otro año y el mismo dolor.



Por María del Carmen Fuentes.

. 34 años del Crimen de Barbados. Los autores del sabotaje al avión de cubana continúan libres

"No puedo perdonar jamás la cantidad de preguntas que se me han quedado sin responder porque me privaron de mi ídolo (...) estamos tan ocupados en multiplicar todo lo que nos enseñó papi que no podemos pensar en el odio, la venganza..." Así dijo Alberto Cremata, director de la Compañía La Colmenita, en el programa televisivo “Con dos que se quieran...”.
Las palabras recientes de quien hablara en su nombre, en el de sus dos hermanos y su madre, con tanto amor y añoranza de su padre víctima del sabotaje en pleno vuelo del avión de cubana CUT-1201 aquel fatídico 6 de octubre de 1976 donde murieron 73 personas, conmueven con la misma intensidad a pesar de haber transcurrido 34 años. El tiempo no cura el dolor.
Como “Tin” (Cremata), el hombre sensible, adorado por los niños, apasionado en el arte, decenas de hijos, hijas, esposas, hermanos, padres y madres sufren cada día por la ausencia de sus familiares. La mayoría integrantes del Equipo de Esgrima que luciría al bajar la escalerilla del avión en tierra cubana las medallas conquistadas en el IV Campeonato Centroamericano y Caribeño de Esgrima de Venezuela; otros como su progenitor eran parte de la tripulación de la nave aérea.
Hoy releer los testimonios, y todo cuanto se ha escrito sobre el más abominable de los actos terroristas acontecidos en América Latina revuelve la indignación al saber impunes a los asesinos que aún no han sido juzgados: Orlando Bosch pasea por las calles de Miami ideando qué nueva atrocidad pueda cometer, mientras Luis Posada Carriles encuentra refugio en el chantaje.
Este ha sido, sin dudas, un dolor nacional sin consuelo. Un dolor que se exacerba cada 6 de octubre y que lo mismo se descubre, no importan los años, en familiares, amigos o en cualquier cubano o cubana esencialmente humano. Algunas ideas y opiniones lo confirman.
Por ejemplo, José León Dueñas, Historiador de Cubana de Aviación, dijo: “Aquella tarde Cuba se hundió en el oleaje de sus propias lágrimas; ningún día como aquel lloramos tan unidos. Barbados dolerá por quienes dejaron de bailar, de jugar, de llorar, de vivir”... “Quizás hoy, gracias a la tecnología y la preparación del personal que trabaja en los aeropuertos del mundo, no se pueda cometer otro acto tan horrendo como el perpetrado contra nuestro avión”.
La periodista venezolana Alicia Herrera, autora del libro Pusimos la bomba...¿y qué?, así ha ratificado:
"Muchas veces me siento como un testigo del crimen, porque a mí Bosch me lo contó todo en un momento de rabia y después lo hizo tranquilamente como un criminal que no siente el más absoluto remordimiento por lo que ha hecho, que no se arrepiente de nada.
"Si fuese necesario que yo testificara ante algún tribunal por esta causa, lo haría con gusto. Yo soy testigo, lo repito. Estos muertos me han acompañado durante 30 años y eso ha marcado mi vida." periodista venezolana Alicia Herrera, autora del libro
En tanto, nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en la Tribuna Abierta de la Revolución, en conmemoración del aniversario 25 del crimen de Barbados, en la Plaza de la Revolución, el 6 de octubre del 2001 acudió a los tristes recuerdos:
“Un millón de compatriotas, con lágrimas en los ojos que muchas veces bañaban sus rostros, despidieron de forma más simbólica que real a nuestros hermanos cuyos cuerpos yacían en el fondo del océano.”
La explosión de las bombas en el avión que cayera frente a las costas de Barbados hace hoy 34 años sigue en la historia como un hecho que jamás debió inscribirse. Un hecho que marca el sufrimiento inconsolable de un pueblo, cuya única razón para tanta venganza aupada por los sucesivos gobiernos norteamericanos, tiene sus cimientos en la libertad y la soberanía. Pero eso ellos –los del Imperio- no lo pueden admitir y son capaces de cobrarlo com en Barbados hasta con la muerte.

CRONOLOGÍA DEL SABOTAJE
5 de octubre de 1976: Llega al aeropuerto de Timehri, en Guyana, el DC-8 de Cubana de Aviación que realiza el vuelo CU-455.
6 de octubre de 1976: 10:57 de la mañana (hora local): El avión parte hacia el aeropuerto de Piarco, Puerto España, con 27 minutos de retraso por esperar a una delegación oficial de la República Popular Democrática de Corea. En Trinidad-Tobago, montan los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima de Cuba, ganadores de todas las medallas de oro en el recién finalizado Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte y que esa madrugada habían arribado en vuelo de la Pan American, procedentes de Caracas, Venezuela.
15:49 (GMT): La aeronave sale hacia Barbados. Son tomadas las medidas que se aplican desde un frustrado atentado a un avión de Cubana en Kingston, Jamaica: no aceptar carga o correo, ni equipaje sin acompañante; chequear el equipaje de mano y revisar si los pasajeros iban armados, pero el equipo utilizado por las autoridades aduaneras no estaba preparado para detectar sustancias explosivas.
16:21: El vuelo arriba al aeropuerto de Seawell, Barbados. Entre quienes concluyen su viaje se hallan Freddy Lugo y José Vázquez García (nombre falso que dio Hernán Ricardo Lozano).
17:15: Parte la nave con destino a Jamaica. A bordo hay 73 personas, incluidos jóvenes guyaneses que viajaban a Cuba para estudiar Medicina y 10 tripulantes que se encontraban hospedados en Bridgetown, la capital barbadense, debido a la rotación del personal de la aerolínea Cubana de Aviación.
17:23: !CUIDADO! En la torre de control se escucha desde la radio del aparato de Cubana el grito de alarma del capitán, Wilfredo Pérez. FELO, FUE UNA EXPLOSION EN LA CABINA DE PASAJEROS Y HAY FUEGO, informa a este último el copiloto.
La tripulación ha dominado parcialmente la caótica situación. Fue sacado el tren de aterrizaje y tomadas las medidas en el afán de salvar vidas.
En esos momentos, el piloto pierde el control del aparato (una segunda explosión había tenido lugar en el área de los baños traseros). Sin percatarse aún de la nueva complicación, el copiloto le grita:
¡ESO ES PEOR, PEGATE AL AGUA, FELO, PÉGATE AL AGUA!
Con un elevado sentido de responsabilidad humana, el piloto hace girar la aeronave hacia un lado, con lo cual evita que caiga sobre la playa cercana. Desde áreas cercanas a las costas de Barbados, varias personas presencian horrorizadas cómo el avión cae al mar.
7 de octubre de 1976: El Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba informa oficialmente que, de los 73 pasajeros que perecieron, 57 eran cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos.