martes, 26 de julio de 2011

Aquella mañana de la Santa Ana: el 26 de Julio de 1953

El poema "Era la mañana de la Santa Ana" circulaba en la sangre de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí. Cuando viajaba a Viena para participar en el VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en 1959, lo hizo público en un acto que impactó a los delegados del cónclave.

En este nuevo amanecer rojinegro del 26 de Julio recordemos algunas de sus estrofas

ERA LA MAÑANA DE LA SANTA ANA...

Era la mañana
de la Santa Ana,
mañana de julio pintada de rosa.
Nadie presentía que saldría el Sol
por la silenciosa
granja de Tizol.
Santiago el Apóstol, marchito, dormía
como derribado por la algarabía
de conga y charanga, locura y alcohol.
Era la mañana
de la Santa Ana...
¡Oh, la incubadora
de la redentora
granja Siboney!
¡Qué gloriosos gallos dieron a la aurora
viejas y olvidadas posturas de Hatuey!
.......
Iban decididos por la carretera...
Por todo el paisaje se abrió la bandera.
En la caravana de los inmortales
iban dos mujeres de pureza estoica:
también procedían de la granja heroica,
de la incubadora Mariana Grajales.
Eran soles previos que con su alborada
rasgaron las nieblas del cuartel Moncada
La Patria en tinieblas vio sus rumbos claros
a la luz precisa de urgentes disparos.
Era la mañana
de la Santa Ana.
La sangre vertida no fue sangre vana.
......
¡Qué ciegas estaban las manos de aquel
que arrancó los ojos, los ojos de ensueño
los ojos de Abel!
¡Los ojos de Abel!
que ahora son estrellas de un cielo risueño
y alumbran el paso triunfal de Fidel!
Los mártires todos invaden el día,
alegran ciudades, liberan el monte...
Ya escucho los cantos de Gómez García
en rápido tránsito de flor a sinsonte:
-26 de Julio: heridas
por donde surgió la aurora:
alta fecha vengadora
de las fechas ofendidas.
Caliente sangre de vidas
rotas por el heroísmo
cuando traición y cinismo
bailaban sobre un calvario...
¡Oh, rocío necesario
a la flor del patriotismo!
....
Es la voz de toda la tierra cubana:
-¡Gloria a la mañana
de la Santa Ana!

(Por Fefita Gutiérrez Ferrer/Tomado de El habanero)

domingo, 24 de julio de 2011

Ciego de Ávila en 26, cuna de tradiciones y referentes históricos

Ex pastor metodista de Santa Clara miente

por Narciso
Jordi Toranzo, ex pastor de la Iglesia Metodista de Santa Clara, miente cuando afirma que hoy sábado sería expulsado de la vivienda prestada que ocupa en la ciudad de Santa Clara. Y los pocos que lo han secundado, lo hacen por partida doble; primero porque aquí en Cuba nadie ha sido desalojado desde 1959 y segundo, porque conocen bien a Jordi y saben de cuanto es capaz para sobresalir y ganar espacio dentro de la llamada disidencia cubana.
Yoan Rojas Almeida está convencido de que el ex pastor miente cuando afirma que será desalojado de la casa que ocupa en Santa Clara.
Yoan Rojas Almeida asiste como feligrés desde hace 12 años a la Iglesia Metodista de Santa Clara y solo deja de ir al culto cuando está enfermo o por razones estrictamente de trabajo: “Voy casi todos los miércoles y sábado por las noches y el domingo por la mañana. Allí busco consuelo espiritual y fortaleza para enfrentar la vida”.
Desde que concurre a la Iglesia Metodista ha conocido a cuatro pastores. Todos ellos, relata Joan, vivieron en la casa pastoral al lado de la Iglesia; excepto Jordi, quien siempre lo hizo con su familia en una vivienda que su dueño, el pastor retirado Sergio Santos, le prestó a la Iglesia Metodista de Santa Clara, ubicada en la calle Candelaria # 60 entre Villuendas y Juan Bruno Zayas, frente a la funeraria Camacho.
Para Yoan Rojas no hay ninguna evidencia de que exista represalia alguna contra Yordi Toranzo y mucho menos que se le quiera desalojar de la vivienda que ocupa: “No hay nada contra él y su familia. En Cuba no se desaloja a nadie, pero creo que debe abandonar la casa, pues ya no es pastor y la Iglesia la necesita.”
Felipe Silverio lleva 30 años viviendo frente a la casa pastoral de Santa Clara: "A Jordi le faltó ética en su labor pastoral."
pastoral de la Iglesia Metodista de Santa Clara. Ha conocido a más de seis pastores en estas tres décadas y excepto Jordi, el resto siempre vivió allí de manera modesta y muy vinculada con los vecinos.
Guarda un excelente recuerdo del pastor Pedro Mayor y su esposa, quienes sobresalieron por su bondad y sinceridad, pero eso a Jordi le ha faltado: “Nunca vivió la casa pastoral y los arreglos que le hizo fue para convertirla en oficinas y salones de reuniones con una gran ostentación. A este pastor le faltó humildad y sobre todo ética en su labor pastoral.”
Armando: "A Jordi le sobraba dinero y no lo escatimaba. Quería levantarle cuatro pisos a la casa pastoral."
Mientras que Armando Galván Rodríguez, también vecino de la calle Villuendas # 157 entre Candelaria y San Cristobal, manifiesta que al ex pastor de la Iglesia Metodista de Santa Clara le sobraba el dinero y no lo escatimaba: “Quería levantarle unos cuatro pisos a la casa pastoral y le hizo salones de mucho lujo. Todos los materiales eran de primera. Si al inicio tuvo relaciones con los vecinos, en los últimos tiempos cambió y adoptó posiciones de rebeldía. No creo que nadie quiera sacarlo de donde vive, pero esa no es su casa y tendrá que abandonarla, más nunca será por la fuerza. El Estado cubano no hace eso con nadie.”
Jordi Toranzo, el ex pastor de la Iglesia Metodista de Santa Clara, miente cuando afirma que será desalojado de la casa donde vive. También engañan los que replican sus falacias. Pero la mentira tiene piernas cortas y la verdad siempre se impone.

lunes, 4 de julio de 2011

Una declaración brillante y valiente

Reflexión de Fidel Castro
La atención a otros asuntos ahora prioritarios, me apartaron momentáneamente de la frecuencia con que elaboré reflexiones durante el año 2010, sin embargo, la proclama del líder revolucionario Hugo Chávez Frías el pasado jueves 30 me obliga a escribir estas líneas.
El presidente de Venezuela es uno de los hombres que más ha hecho por la salud y educación de su pueblo; como son temas en los que mayor experiencia ha acumulado la Revolución cubana, gustosamente colaboramos al máximo en ambos campos con este hermano país.
No se trata en absoluto de que ese país careciera de médicos, por el contrario, los poseía en abundancia e incluso entre ellos profesionales de calidad, como en otros países de América Latina. Se trata de una cuestión social. Los mejores médicos y los más sofisticados equipos podrían estar, como en todos los países capitalistas, al servicio de la medicina privada. A veces ni siquiera eso, porque en el capitalismo subdesarrollado, como el que existía en Venezuela, la clase rica contaba con medios suficientes para acudir a los mejores hospitales de Estados Unidos o Europa, algo que era y es habitual sin que nadie pueda negarlo.
Peor aún, Estados Unidos y Europa se han caracterizado por seducir a los mejores especialistas de cualquier país explotado del Tercer Mundo para que abandonen su patria y emigren a las sociedades de consumo. Formar médicos para ese mundo en los países desarrollados implica fabulosas sumas que millones de familias pobres de América Latina y el Caribe, no podrían pagar nunca. En Cuba sucedía eso hasta que la Revolución aceptó el reto, no solo de formar médicos capaces de servir a nuestro país, sino a otros pueblos de América Latina, el Caribe o del mundo.
Jamás hemos arrebatado las inteligencias a otros pueblos. En cambio en Cuba se han formado gratuitamente decenas de miles de médicos y otros profesionales de alto nivel para devolverlos a sus propios países.
Gracias a sus profundas revoluciones bolivarianas y martianas, Venezuela y Cuba son países donde la salud y la educación se han desarrollado extraordinariamente. Todos los ciudadanos tienen derecho real a recibir gratuitamente educación general y formación profesional, algo que Estados Unidos no ha podido ni podrá garantizar a todos sus habitantes. Lo real es que el gobierno de ese país invierte cada año un millón de millones de dólares en su aparato militar y sus aventuras bélicas. Es además el mayor exportador de armas e instrumentos de muerte y el mayor mercado de drogas del mundo. Debido a ese tráfico, decenas de miles de latinoamericanos pierden la vida cada año.
Es algo tan real y tan conocido, que hace más de 50 años, un Presidente de origen militar denunció, con tono amargo, el poder decisivo acumulado por el complejo militar industrial en ese país.
Estas palabras estarían de más si no mediara la odiosa y repugnante campaña desatada por los medios de difusión masiva de la oligarquía venezolana, al servicio de ese imperio, utilizando las dificultades de salud que atraviesa el Presidente bolivariano. A este nos une una estrecha e indestructible amistad, surgida desde que visitó por primera vez nuestra patria, el 13 de diciembre de 1994.
A algunos les extrañó la coincidencia de su visita a Cuba con la necesidad de atención médica que se produjo. El Presidente venezolano visitó a nuestro país con el mismo objetivo que lo llevó a Brasil y Ecuador. No traía intención alguna de recibir servicios médicos en nuestra patria.
Como se conoce un grupo de especialistas cubanos de la salud prestan, desde hace años, sus servicios al Presidente venezolano, que fiel a sus principios bolivarianos, jamás vio en ellos extranjeros indeseables, sino hijos de la gran Patria Latinoamericana por la cual luchó el Libertador hasta el último aliento de su vida.
El primer contingente de médicos cubanos partió hacia Venezuela cuando se produjo la tragedia en el estado de Vargas, que costó miles de vidas a ese noble pueblo. Esta acción de solidaridad no era nueva, constituía una tradición arraigada en nuestra patria desde los primeros años de la Revolución; desde que hace casi medio siglo médicos cubanos fueron enviados a la recién independizada Argelia. Esa tradición se profundizó a medida que la Revolución cubana, en medio de un cruel bloqueo, formaba médicos internacionalistas. Países como Perú, la Nicaragua de Somoza y otros del hemisferio y el Tercer Mundo, sufrieron tragedias por terremotos u otras causas que requirieron la solidaridad de Cuba. Así nuestra patria se convirtió en la nación del mundo con más alto índice de médicos y personal especializado en salud, con elevados niveles de experiencia y capacidad profesional.
El Presidente Chávez se esmeró en la atención de nuestro personal de salud. Así nació y se desarrolló el vínculo de confianza y amistad entre él y los médicos cubanos que fueron siempre muy sensibles al trato del líder venezolano, el cual por su parte, fue capaz de crear miles de centros de salud y dotarlos de los equipos necesarios para prestar servicios gratuitos a todos los venezolanos. Ningún gobierno del mundo hizo tanto, en tan breve tiempo, por la salud de su pueblo.
Un elevado porcentaje de personal cubano de la salud prestó servicios en Venezuela y muchos de ellos actuaron además como docentes en determinadas materias impartidas para la formación de más de 20 mil jóvenes venezolanos que comienzan a graduarse como médicos. Muchos de ellos comenzaron sus estudios en nuestro propio país. Los médicos internacionalistas integrantes del Batallón 51, graduados en la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas, han ganado un sólido prestigio en el cumplimiento de complejas y difíciles misiones. Sobre esas bases se desarrollaron mis relaciones en ese campo con el presidente Hugo Chávez.
Debo añadir que a lo largo de más de doce años desde el 2 de febrero del año 1999, el Presidente y líder de la Revolución venezolana no ha descansado un solo día, y en eso ocupa un lugar único en la historia de este hemisferio. Todas sus energías, las ha consagrado a la Revolución.
Podría afirmarse que por cada hora extra que Chávez dedica a su trabajo, un Presidente de Estados Unidos, descansa dos.
Era difícil, casi imposible, que su salud no sufriera algún quebranto y eso sucedió en los últimos meses.
Persona habituada a los rigores de la vida militar, soportaba estoicamente los dolores y molestias que con frecuencia creciente lo afectaban. Dadas las relaciones de amistad desarrolladas y los intercambios constantes entre Cuba y Venezuela, sumada a mi experiencia personal con relación a la salud, que viví desde la proclama del 30 de julio del año 2006, no es raro que me percatara de la necesidad de un chequeo riguroso de la salud del Presidente. Es demasiado generoso de su parte, atribuirme algún mérito especial en este asunto.
Admito, desde luego, que no fue fácil la tarea que me impuse. No era para mí difícil percatarme de que su salud no andaba bien. Habían transcurrido 7 meses desde que se realizó su última visita a Cuba. El equipo médico dedicado a la atención de su salud me había rogado que hiciera esa gestión. Desde el primer momento la actitud del Presidente era informar al pueblo, con absoluta claridad, su estado de salud. Por ello, estando a punto ya de regresar, a través de su Ministro de Relaciones Exteriores, informó al pueblo sobre su salud hasta ese instante y prometió mantenerlo detalladamente informado.
Cada cura iba acompañada por rigurosos análisis celulares y de laboratorio, que en tales circunstancias se realizan.
Uno de los exámenes, varios días posteriores a la primera intervención, arrojó resultados que determinaron una medida quirúrgica más radical y el tratamiento especial del paciente.
En su digno mensaje del 30 de junio, el Presidente notablemente recuperado habla de su estado de salud con toda claridad.
Admito que para mí no fue fácil la tarea de informar al amigo de la nueva situación. Pude apreciar la dignidad con que recibió la noticia que -para él con tantas tareas importantes que llevaba en la mente, entre ellas el acto conmemorativo del Bicentenario y la formalización del acuerdo sobre la unidad de América Latina y el Caribe- mucho más que los sufrimientos físicos que implicaba una cirugía radical, significa una prueba que como expresó la hizo comparar con los momentos duros que le tocó enfrentar en su vida de combatiente indoblegable.
Junto a él, el equipo de personas que lo atienden y que él calificó de sublimes, han librado la magnífica batalla de la que he sido testigo.
Sin vacilación afirmo que los resultados son impresionantes y que el paciente ha librado una batalla decisiva que lo conducirá y con él a Venezuela, a una gran victoria.
Hay que hacer que su alegato se comunique al pie de la letra en todas las lenguas, pero sobre todo que sea traducido y subtitulado al inglés, un idioma que pueda entenderse, en esta Torre de Babel que el imperialismo ha convertido el mundo.
Ahora los enemigos externos e internos de Hugo Chávez están a merced de sus palabras y sus iniciativas. Habrá sin dudas sorpresas para ellos. Brindémosle el más firme apoyo y confianza. Las mentiras del imperio y la traición de los vendepatrias serán derrotadas. Hoy hay millones de venezolanos combativos y conscientes, que la oligarquía y el imperio no podrán volver a someter jamás.

Fidel Castro Ruz
Julio 3 de 2011
4 y 12 p.m.