Caracas, 26 sep (PL) Luego de unos comicios considerados cruciales, los venezolanos esperan hoy el resultado oficial del escrutinio en más de 12 mil centros de votación habilitados en el país para renovar el Poder Legislativo.
Unas 36 mil mesas abrieron en la nación para recibir a más de 17 millones de ciudadanos registrados en el padrón electoral.
A pesar de la lluvia las personas salieron de sus casas con el propósito de seleccionar a los 165 diputados a la Asamblea Nacional y a 12 representantes ante el Parlamento Latinoamericano.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, instó a las agrupaciones políticas de la nación a esperar con tranquilidad el veredicto final tras el cierre de las mesas de votación.
Algunos de los colegios extendieron su horario después de las 18:00 hora local (la prevista para el cierre), con el fin de garantizar su derecho al sufragio a los pobladores que esperaban aún en fila en las afueras de los colegios.
El mayor general, Henry Rangel, jefe del Plan República, a cargo del dispositivo que resguarda los centros de votación, anunció que se incrementará el despliegue de fuerzas de seguridad en las ciudades del país para evitar alteraciones del orden público por posibles inconformidades con los resultados de las legislativas.
El sufragio de este domingo es crucial para socialistas y opositores, convencidos de que en las urnas se decide el destino del país.
En los comicios parlamentarios están en juego mucho más que los 165 diputados a la Asamblea Nacional y los 12 representantes ante el Parlamento Latinoamericano, aseguran voceros de ambos bloques, principales contendientes del proceso.
Para los integrantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) preservar la mayoría calificada (110 curules) en el primer foro político de la nación es una garantía para legislar sin trabas rumbo a la profundización del proceso de cambios conocido como Revolución Bolivariana.
Mientras para los sectores de la oposición, aglutinados en la Mesa de la Unidad (MUD), las elecciones representan la oportunidad de intentar obstruir la marcha del proceso revolucionario con su regreso a los escenarios institucionales, luego de la retirada de las legislativas en 2005.
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