
A juicio de la arquitecta Tania Mendoza Ávila, jefa de obra de la Empresa Contratista, este año ha sido decisivo para acelerar las labores constructivas, luego de un 2014 en el que se concluyeron 6 salas, y la de terapia intensiva donde se completaron los equipos de ventilación en las 13 camas. Objetos de obra que se sumaron a los cinco salones de operaciones, las salas de hospitalización de Gastroenterología, Infecciones Respiratorias, Nefrología y Servicios Médicos Internacionales y la central estéril, concluidas en el 2013.
“El actual calendario –asegura- contabiliza el mantenimiento total de otras 8 para los servicios asistenciales a niños y niñas. Las de mayores complejidades son las salas de Neonatología y la de Pediatría que están a punto de concluirse. También las fuerzas constructoras trabajan en una nueva sala de espera para los familiares de los pacientes graves”.
El área de consultas externas del pediátrico camagüeyano igualmente es objeto de un mantenimiento integral que permitirá reacomodar los servicios, según los requerimientos de cada especialidad médica.
En la institución de salud agramontina el índice de mortalidad infantil es de 2,5 por cada mil nacidos vivos. Un indicador de países desarrollados, resultante de la alta preparación científica y humana del personal médico.
“Además de este hospital provincial existen otros servicios de pediatría en Camagüey, en los municipios de Florida y Nuevitas. Aquí son 350 camas ubicadas en 17 servicios donde, entre otras acciones y de forma gradual, se ha cambiado la deteriorada carpintería por puertas y persianas de metal, se han remodelado las redes hidrosanitarias, revestido con azulejos los cubículos e impermeabilizados los techos. Un mejor avituallamiento y colocación de televisores y ventiladores en los cubículos que en conjunto garantizan el confort a pacientes y familiares”, puntualiza el Dr. Reinaldo Pons Vázquez, director del hospital pediátrico.
Para el 2016 se prevé la conclusión del proceso de mantenimiento e inversiones de la institución donde es evidente la mejoría de la estancia, dadas las comodidades con respecto al acceso a los baños, la disponibilidad de agua, las condiciones del mobiliario. Un ambiente cada vez más positivo que permite al colectivo laboral desempeñar sus funciones en un mejor clima de trabajo, al tiempo que los compromete a velar por la disciplina necesaria para preservar este inmueble de principios del pasado siglo, que desde 1968 distingue a la atención pediátrica en Camagüey.
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