lunes, 25 de marzo de 2013

Desenmascarando a Yoani Sáchez

Más preguntas para Yoani Sánchez

Por Benjamin Willis y María Isabel Alfonso
La esperada llegada de Yoani Sánchez a Estados Unidos ha sido aclamada como una victoria de la oposición en Cuba y un ejemplo de cómo los ciudadanos periodistas, armados con medios sociales, pueden provocar un cambio democrático en las sociedades autoritarias. Sin embargo, al examinar detenidamente las circunstancias de su gira internacional y la diferencia de las recepciones que hasta ahora ha tenido en Estados Unidos y el resto del mundo, se generan muchas más preguntas de las que responde.
El meteórico ascenso de la “premiada” bloguera ha atraído tanta sospecha como admiración. Su blog, Generación Y, ha sido defendido por algunos miembros de la comunidad exiliada cubana y por ciertos círculos oportunistas de la academia y el periodismo debido a sus constantes críticas del gobierno cubano y su control sobre la libertad de expresión y reunión. Su discurso contencioso y dura condena de la línea oficial de Cuba es un manjar para gran parte de la comunidad de exiliados, mientras que su llamado a la libertad de expresión es una posición que los liberales pueden adoptar. Sin embargo, no toda la comunidad del exilio histórico está a favor de sus declaraciones. La facción más recalcitrante ha rechazado enérgicamente los comentarios que hizo al principio de su gira.
Una comprensión histórica de la realidad de Cuba en general, y sus relaciones actuales y pasadas con Estados Unidos en particular, ha hecho que varios intelectuales, periodistas y ciudadanos comunes cuestionen los motivos y recursos de Yoani. Casi nunca antes alguien con tan poca experiencia y producción ha ganado tantos galardones en tan poco tiempo. El hecho de que muchos de estos premios provengan de países que han adoptado activamente políticas para usurpar la soberanía de Cuba no hace más que agregar a la intriga de la legitimidad de Yoani.
El 19 de febrero, Salim Lamrani publicó en Opera Mundi “40 Preguntas a Yoani Sánchez en su Gira Mundial” y muchas de ellas son exactamente el tipo de duda que uno debe plantearse para comprender cómo Yoani pudo crear tanta presencia internacional desde un país que ella asegura repetidamente que tiene un acceso tan limitado a Internet. He aquí algunas de las preguntas planteadas por Lamrani:
13. ¿Cómo puede su blog aceptar Paypal, un sistema de pago no disponible a ningún residente de la isla debido a sanciones económicas que afectan, entre otras cosas, el comercio electrónico?
16. ¿Cómo puede usted registrar su dominio por medio de la compañía norteamericana GoDaddy si esto está prohibido formalmente bajo las actuales sanciones económicas?
17. Su blog se encuentra disponible en 18 idiomas, incluyendo: inglés, francés, español, italiano, alemán, portugués, ruso, esloveno, polaco, chino, japonés, lituano, checo, búlgaro, holandés, finés, coreano y griego. Ningún otro sitio web, ni siquiera los sitios de importantes agencias internacionales, como la ONU, el Banco Mundial, el FMI, OECD o la Unión Europea ofrecen este grado de apoyo lingüístico. Ni siquiera el Departamento de Estado de EE.UU. o la CIA ofrece este grado de acceso a los no angloparlantes. ¿Quién financia las traducciones?
18. ¿Cómo es posible que el sitio que soporta su blog ofrece un ancho de banda 60 veces mayor que el servicio de acceso a Internet que Cuba ofrece a sus usuarios?
24. En 2011, usted publicó 400 mensajes al mes. El precio para enviar un mensaje SMS desde Cuba es de $1,25. Así que usted gastó $7 000 en un año en uso del Twitter. ¿Quién paga esto?
Cuando le preguntaron acerca de esta lista durante su visita a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, ella bromeó que cuando estuvo en Brasil la lista había crecido a cincuenta preguntas, y que ya las había respondido todas. Sin embargo, estas preguntas no son para que Yoani simplemente las ignore, sino son preguntas retóricas que la gente pensante debe preguntar cuando ve su sitio web y los métodos de producción del “Equipo Yoani”.
Es más, la primera parada en su viaje de 80 días al estilo de Phileas Fogg produjo muchas preguntas y las respuestas de Yoani demuestran que quizás ella no estaba muy “preparada para el horario estelar”.
Al llegar a Brasil, Yoani fue saludada por la cruda realidad de que muchos ciudadanos globales no están de acuerdo con su discurso. Estudiantes brasileños de periodismo y otros ciudadanos cuestionaron su descripción de la realidad cubana; sus respuestas a tres preguntas en particular provocaron que ella casi de inmediato diera marcha atrás.
Cuando le preguntaron por el embargo de EE.UU. contra Cuba, Yoani declaró inequívocamente que era una política intervencionista y una justificación para los fracasos del gobierno cubano. Mucho más importante fue que hizo énfasis en que esta política de estrangulación económica era una “reliquia de la Guerra Fría” y debía ser abandonada tan pronto como fuera posible (“¡Ya!”). También hizo un llamado al cierre de la Base Naval de la bahía de Guantánamo. No el centro de detención que tanta infamia ha significado para Estados Unidos y ha puesto en duda nuestra noción de debido proceso, sino la base en sí, la cual es una violación de la soberanía cubana. Por último, pidió la libertad de los operativos cubanos conocidos como Los Cinco de Cuba, argumentando que el gobierno cubano ha gastado una porción innecesaria de su presupuesto para hacer campaña a favor de su liberación.
Cuando los cubanos de Miami se enfrentaron a ella, indignados por tal comentario, Yoani comenzó a dar marcha atrás diciendo que sus comentarios acerca de los Cinco de Cuba fueron “irónicos” y que ella cree que no son inocentes. Esta racionalización plantea un problema a la legitimidad de su posición.
Por ejemplo, ahora que ella ha llegado a Estados Unidos, su posición hacia el embargo y Guantánamo ha disminuido hasta una tímida generalización de que debe haber un “diálogo” acerca de estos temas. ¿Por qué está defendiendo ahora un diálogo en vez de exigir el fin de las sanciones unilaterales como hizo en Brasil? ¿Por qué no denuncia también la naturaleza intervencionista de los programas de USAID que están dirigidos específicamente al “cambio de régimen” en Cuba?
¿Por qué no se le hacen estas preguntas en Nueva York? O más exactamente, ¿por qué las instituciones y académicos no permiten que se les hagan? Los “guardianes” en la Universidad de Nueva York y en Columbia han mostrado una tendencia a hacer una selección cuidadosa de las preguntas dirigidas a Yoani. ¿Por qué está sucediendo esto en la nación supuestamente más libre de la tierra? Ha habido protestas y arranques en sus reuniones, pero no se ha permitido ningún cuestionamiento directo que la colocaría en una posición de tener que explicar sus opiniones vacilantes acerca de tales importantes temas.
Ahora ha expresado su deseo de establecer un periódico digital independiente cuando regrese a la isla. A primera vista, la idea parece laudable, algo que debía haber sucedido hace tiempo para empoderar la sociedad civil en Cuba. Pero si uno se detiene y rumia acerca de las necesidades básicas para organizar un hecho así, entonces varias preguntas más para Yoani deben agregarse a la ya larga lista.
Una persona en Nueva York levantó un letrero que decía “La prensa no es libre. Solo es barata”. Estamos en una era en la cual casi todos los “periódicos” en el planeta luchan por sobrevivir y donde es casi total la propiedad corporativa hegemónica de las ondas aéreas, páginas web y lo que queda de los medios impresos. Las pocas fuentes noticiosas independientes que quedan dependen en mucho de donaciones y suscripciones de sus seguidores y consumidores. También el financiamiento principal proviene de donaciones federales. Hasta WikiLeaks y Counterpunch dependen de donaciones. Nada de malo hay en este apoyo, pero en el caso de Cuba no existen los recursos financieros de este tipo para operar con fondos nacionales. Lo más probable es que no reciba ninguna ayuda del gobierno cubano.
Así que, en otras palabras, la idea de una fuente noticiosa independiente en Cuba, de plantilla tiene que ser financiada por una inversión extranjera. Por tanto, desde el inicio de tal proyecto, el calificador de “independiente” es cuestionable. Las donaciones son una fuente legítima de ingresos para una empresa de tal tipo, siempre y cuando no estén condicionadas.
¿Tiene tanto dinero Yoani proveniente de los premios monetarios que está recogiendo en este viaje que puede ella misma financiar tal operación? Las regulaciones del embargo de EE.UU. no permitirían un control corporativo desde EE.UU. y significaría un grave impedimento para que una corporación extranjera apoyara la publicación digital, debido a las ramificaciones extraterritoriales de la Ley Helms-Burton.
Por una de esas irónicas vueltas que da la vida, ¿tendrá ella que depender del comunismo absoluto para que tal periódico tenga éxito? ¿Trabajarán gratuitamente a tiempo completo sus empleados y asociados a fin de llevar a cabo un proyecto tan ambicioso? Solo en la Cuba comunista podría suceder esto.
El martes pasado, Yoani fue invitada a Washington D.C. para reunirse con miembros del Congreso y hablar en el Instituto Cato, donde ella reiteró nuevamente la necesidad de terminar con el embargo. Pero en vez de mencionar el evidente argumento de que el embargo es un impedimento al desarrollo de su pueblo, ella lo calificó de “excusa” y declaró en el Instituto Cato que “Me gustaría ver cómo va a funcionar el aparato oficial de propaganda sin este lobo malvado. Dudo que pudiera”.
La referencia al “lobo malvado” puede recordar al lector el hecho de que este no es el lobo de ficción en el cuento de “Ahí viene el Lobo”, sino una peligrosa amenaza que repetidamente viene a destruir los hogares y las vidas de los tres cerditos. Eso es exactamente lo que ha hecho el embargo. Ha destruido las vidas, hogares e infraestructura de la nación cubana, mientras burlonamente declara que defiende la “democracia” y que su intención es la de “ayudar” a aquellos a quienes hace daño.
Yoani Sánchez, la nueva estrella de la mafia cubanoamericana. Ileana Ros, Albio Sires, Yoani Sanchez, Mario Diaz Balart, Joe García y Bill Nelson.
Yoani Sánchez, la bloguera favorita de Washington con Ileana Ros, Albio Sires, Mario Diaz Balart, Joe García y Bill Nelson en el Congreso de los EEUU.
Si este razonamiento cínico es lo que hace falta para desmantelar el embargo, entonces más poder para ella. El embargo puede que sea una muleta para que el gobierno se apoye, pero también ha tenido consecuencias muy reales en la población de la Isla, y Yoani no puede asegurar ser vocera de su pueblo si no puede articular ese hecho bien evidente.
A pesar de su tibio argumento a favor de eliminar el embargo, estuvo muy complacida de haberse reunido con los mismos miembros de la Cámara de Representantes que han hecho todo lo posible porque continúe esa política, quienes a cambio estuvieron muy felices de lisonjearla. Su odio visceral por el gobierno cubano es suficiente para que ellos pasen por alto de que están en desacuerdo acerca de la “efectividad” del embargo. ¿Exigirá Yoani durante lo que queda de su viaje que Estados Unidos desmantele el embargo y deje de financiar las operaciones de cambio de régimen que ponen en peligro a ciudadanos cubanos? Mientras se encuentra en EE.UU., ¿hará un llamado al presidente Obama para que elimine a Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo?
En abril está programada para ir a Miami, donde recibirá un homenaje por su labor. Le otorgarán una medalla y hablará en la mal llamada Torre de la Libertad. ¿Ejercerá ella su libertad de expresión para decir a la audiencia, que incluirá a los más extremistas cubanoamericanos anticastristas, que el embargo es una política intervencionista y debe ser eliminado ¡Ya!, que los Cinco de Cuba deben ser liberados y que la Base Naval de EE.UU. en Guantánamo debe cerrar y la tierra que ocupa ser devuelta a Cuba? ¿Levantará su voz en contra de la opresión histórica de diversidad de pensamiento dentro de esa misma comunidad hacia notables figuras como el recién fallecido Francisco Aruca, víctima de amenazas de bombas y otra violencia atroz y de la difamación? ¿Denunciará ella la violencia que han perpetrado las facciones violentas en el seno de la comunidad exiliada de Miami, como el sabotaje al vuelo 455 de Cubana en 1976 y otros desvergonzados actos de terrorismo que han sido vinculados a tales viles personajes como Orlando Bosch y Luis Posada Carriles? ¿Preguntará ella a Marco Rubio si hablaba en serio cuando comparó a Cuba con un zoológico?
¿Hablará a favor de un Miami que permita el pluralismo y la libertad de palabra con la misma convicción con la que lo hace en Cuba? ¿O será ella una víctima de su propia autocensura?
Benjamin Willis es músico. María Isabel Alfonso, PhD., es Profesora Asociada de St. Joseph’s College en Nueva York. Forman un matrimonio que está criando a su hijo de nueve meses en Queens a base de malanga, Los Van Van y béisbol. Son miembros fundadores de CAFE, Cuban Americans for Engagement (Cubanoamericanos por el Diálogo).Pueden ser contactados en benjamin@cafeporcuba.com and isabel@cafeporcuba.com
(Publicado originalmente en Counterpunch. Traducido por Progreso Semanal)

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