Por estos días se habla más de lo habitual sobre la Educación Especial en Cuba pues el pasado día 4 este sistema cumplió 49 años de multiplicar el bien entre niños y jóvenes. En mi bella Isla existen más de 390 instituciones donde se atiende a escolares con retraso mental y psíquico, problemas de conducta, trastornos del lenguaje, ceguera y debilidad visual, así como otros padecimientos.
Una "obra de infinito amor", al decir de José Martí, nuestro Héroes Nacional, que se aquilata de verdad al apreciarla de cerca. Hace sólo unos días viví como en otras oportunidades esa emoción, pues siempre me conmuevo hasta las lágrimas. Sucedió en la Escuela de Adiestramiento Laboral "Manuel Ascunce" de la ciudad de Camagüey. Aquello parecía un panal de abejas; las maestras, la familia, los vecinos, todos en un trajín incontenible para que las cosas salieran bien. Con esa misma unidad habían organizado una fiesta de 15 años para una de sus alumnas: Danne. A pesar de su retraso mental moderado agravado, tiene sus ilusiones como cualquier otra joven, y el amor se impuso. En el video la confirmación de por qué en estas escuelas cubanas el amor hace la maravilla.
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