Por María del Carmen Fuentes / Televisión Camagüey
Casi un mes y medio ha transcurrido del azote del Huracán Ike al territorio agramontino. Desde entonces, trabajar y recuperarse es el imperativo para los camagüeyanos en cada una de estas inéditas jornadas.
Con el mayor reconocimiento de la población, los trabajadores eléctricos garantizan ya el servicio a la totalidad de los clientes residenciales. La provincia se encuentra al 99, 99 % y quedan pendientes por el restablecimiento de la energía 16 entidades estatales.
Junto a linieros, reparadores y personal de apoyo de Matanzas y la Habana, los agramontinos resuelven las quejas de los camagüeyanos, cuyo número ronda el centenar, y solucionan las averías del alumbrado público. Agradecidos todos por la colaboración también de obreros y técnicos de la región oriental, se continúa desde aquí el apoyo a las brigadas de la tierra de El Mayor que prosiguen sus labores en la Isla de la Juventud.
La reparación de las más de 115 mil viviendas dañadas al paso del meteoro mantiene en tensión a todas las fuerzas activadas. El nivel de soluciones representa el 13 % y aunque solo en tejas distribuidas se habla de unas 310 mil, la demanda está muy por encima. Con prontitud y celo se hace la entrega que por la magnitud de los daños llevará muchas jornadas de esfuerzo. De tal panorama se deriva que aún permanecen evacuadas alrededor de 9 mil personas, la mayoría en casas de familiares o vecinos.
De cualquier modo la imagen del Camagüey es muy diferente a la impuesta por Ike. La recogida de un millón 200 mil metros cúbicos de desechos sólidos ha dejado a la provincia en mejores condiciones higiénicas, aunque en municipios como Nuevitas, Minas, Florida, Guáimaro y la propia capital agramontina, se dan los toques finales a esta tarea que ha demandado el concurso de centenares de equipos y 22 260 hombres movilizados.
La rehabilitación de escuelas e instalaciones de la salud está entre las prioridades de este momento. Ninguno de los dos sectores ha detenido sus importantes misiones sociales, y según la gradual entrada de recursos sus colectivos, apoyados por las fuerzas especializadas contribuyen al éxito de las labores.
Sin dudas, la alimentación, junto a la vivienda constituyen hoy retos insoslayables. Por ello, continúa la gastronomía elaborando 61 000 raciones diarias de comidas, en tanto la producción de huevos, deprimida por el impacto violento de Ike en las naves, se recupera. La caída de la producción diaria fue de 350 mil posturas a 20 mil. En la actualidad ya se recogen 235 mil huevos por día. Resultado posible gracias al reordenamiento del ciclo productivo. Para cumplir con la entrega de este producto alimenticio en la canasta básica ha sido necesario el traslado de huevos de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Granma, Matanzas y Villa Clara.
La agricultura también responde. La escasez de viandas y hortalizas se siente como nunca en el plato de los camagüeyanos. La siembra de cultivos de ciclo corto es prioritaria.
De este modo los agramontinos se enfrentan a las adversidades de la naturaleza. La más extensa provincia del país y una de las tres con mayores afectaciones ante la violencia de Ike, vuelve a la normalidad, no sin empeños que la hagan exponer en el futuro mejores resultados económicos y sociales.
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