Cuba es ejemplo en el mundo en la lucha sin descanso contra el mosquito Aedes Aegypti, agente trasmisor del dengue, enfermedad que causa sobre todo en el área del Caribe, miles de muerte cada año. El estado cubano destina millonarios recursos para eliminar al indeseable vector en cada provincia del país. Por ello resulta inadmisible que no exista un adecuado control de los medios y que los habitantes de esta Isla no tengan conciencia del peligro. Mucho menos, esta actitud inconsecuente debiera ser propia de los camagüeyanos, cuna del eminente científico Carlos J. Finlay quien descubrió que este insecto era el trasmisor de la fiebre amarilla. Que este video sea la confirmación del llamado que no podemos desoir ni los agramontinos ni ningún cubano.
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