Hace años, quedaron atrás los tiempos en que se intentó aislar a Cuba en contra de la voluntad de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Hoy se respira en nuestro continente un nuevo ambiente en defensa de los intereses legítimos de los pueblos de América Latina y el Caribe y una nueva voluntad de integración para convertirla, desde el Río Bravo hasta la Patagonia, en la Patria Grande a que aspiraron nuestros próceres.
Hoy todos compartimos el apego al Derecho Internacional y a la Carta de las Naciones Unidas. Condenamos juntos la injerencia en los asuntos internos de los Estados, y rechazamos unidos la agresión, la amenaza, el uso de la fuerza, el empleo de medidas coercitivas unilaterales con el fin de impedirle a los Estados el ejercicio de su derecho a elegir su propio sistema político, económico y social.
Por tanto, la ampliación del Grupo de Río, para hacerlo más representativo de la región, es un paso positivo en el camino hacia la plena incorporación a este mecanismo de las naciones caribeñas, con lo cual Cuba está dispuesta a cooperar.
Nuestro país expresa gratitud hacia todas las naciones que han promovido su ingreso a la agrupación.
Hoy tienen más vigencia que nunca las palabras que expresó nuestro Comandante en Jefe, el 16 de noviembre de 1999, cuando afirmó: “El mundo difícil y complejo que se nos viene encima, en el que se juegan la integridad y supervivencia de nuestros países, solo podrá ser soportado por las espaldas sólidamente unidas de todos nuestros pueblos”.
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