La Habana
4 de septiembre de 2012
Declaración de Giustino Di Celmo
Ningún dolor puede ser
más grande que la muerte de un hijo y más aún cuando es causada por un hecho
violento y cruel…
Hace 15 años, el 4
de septiembre de 1997, una bomba asesina colocada en el lobby del Hotel
Copacabana, apagó la vida de Fabio Di Celmo, mi hijo, mi Fabiucho,
un joven que apenas había vivido 32 años cuando fue víctima inocente de una
acción terrorista que sumió en la desesperación y el dolor a toda mi familia…
Recientemente, el 1
de junio de 2012, fecha en la que Fabio hubiera arribado a los 47 años de vida,
murió su mamá, Ora Bassi, mi compañera por más de sesenta años, mi esposa, mi
amor. Ora, compartió conmigo la pena
de haber perdido a Fabio, el más pequeño de nuestros hijos. Ella murió sin el consuelo
de saber que el organizador y mayor responsable de ese acto terrorista, fuese juzgado
por su crimen. Eso no es justo.
Luis Posada Carriles fue el organizador del acto terrorista
que mató a mi hijo. No podré olvidar
jamás las declaraciones de este criminal, publicadas por The New York Times los días 12
y el 13 de julio de 1998, cuando tras reconocer que había pagado la mano
asesina del mercenario salvadoreño que puso la bomba en el Copacabana, sin
ningún pudor confesó a la periodista que no le preocupaba la muerte de Fabio y
que él dormía como un bebé porque: " El italiano estaba en el lugar equivocado
en el momento equivocado".
Sin embargo, a pesar de las múltiples denuncias, Luis Posada
Carriles, terrorista comprobado y confeso, camina libremente por las calles de
Miami y recibe reconocimientos y honores de parte de la mafia cubano americana
y la extrema derecha de los Estados Unidos de América. La farsa de su juicio en
El Paso, Texas, colmó la copa… Solo se le juzgó por mentiroso, aunque quedó
demostrado que había sido el mandante de la muerte de Fabio...
Yo les pregunto:
¿Cómo es posible que un país que dice condenar el terrorismo
albergue a este terrorista con una larga hoja de crímenes que incluyen la
voladura del avión de CUBANA en
Barbados, el asesinato de cientos de venezolanos y la muerte de mi hijo?
¿Cómo es posible que el Gobierno de Estados Unidos, incluya a
Cuba en una lista de países terroristas, cuando Cuba solo ha sido víctima de
las acciones terroristas organizadas por criminales que ellos han protegido y
pagado?
¿Por qué los grandes medios de difusión no hablan de que
Cinco antiterroristas cubanos guardan prisión en cárceles norteamericanas por
tratar de evitar hechos terroristas en Cuba, mientras los terroristas viven
libremente en Estados Unidos?
¿Cómo es posible que los grandes medios de prensa mantengan
el silencio ante tamaña injusticia y nieguen al pueblo norteamericano la
oportunidad de conocer la verdad?
Podría hacer muchas preguntas que harían interminable mi
declaración. Las respuestas confirmarían la doble moral del Gobierno
norteamericano y de la gran prensa ante el terrorismo.
Solo quiero decir a todos que soy
un hombre de paz y de trabajo. Un hombre de 92 años, que a pesar de su dolor, no
anida mezquinos sentimientos de venganza. Desde que Fabio murió juré no
descansar hasta que se hiciera justicia, así me quedé en Cuba. Quiero participar en
toda la lucha que hace este país por la justicia.
Yo juré quedarme en Cuba hasta el último instante de
mi vida porque, como ya he dicho muchas veces, yo veo a Fabio todos los días
por las calles de La Habana:
en la cancha donde él jugaba fútbol; en el restaurante que él había soñado y que
hoy lleva su nombre. Paso todos los días por la casa donde Fabio vivía, y
siento que así puedo cuidarlo, porque un buen padre nunca abandona a sus hijos
Agradezco mucho
todas las personas me han dado una frase de aliento; a quienes no me han
abandonado en esta lucha por la verdad y la justicia, a quienes trabajan por
romper el muro de silencio sobre las acciones de terrorismo contra Cuba; a los
Cinco cubanos que infiltrados en grupúsculos de la mafia miamense expusieron su
vida, su familia y su felicidad por tratar de evitar actos terroristas como el
que tronchó la vida de mi hijo; agradezco al Gobierno y al Partido Comunista de
Cuba, al Instituto Cubano de Amistad con
los Pueblos, a la Asociación de Amistad Italia Cuba, AsíCuba Umbria, a La
Villeta, al Comitato
Fabio Di Celmo y a todas las instituciones que en Cuba y en Italia me han
apoyado en este empeño. Un agradecimiento muy especial al pueblo de Cuba, a cada
una de esas personas que me encuentro por las calles y me abrazan en nombre de
Fabio. Todos me hacen sentir que los Di Celmo no estamos solos cuando seguimos
clamando JUSTICIA por Fabio ante los oídos sordos del Gobierno que cobija al
mandante…
Por último, quiero
hacer a llegar mi agradecimiento y respeto al comandante Fidel Castro. Quiero
que Fidel conozca que no cejaré en la
lucha porque Luis Posada Carriles y todos los demás terroristas comparezcan
ante la justicia. Siempre rechazaré la hipocresía y la doble moral del Gobierno
de los Estados Unidos, no me cansaré de cumplir con mi decisión de luchar hasta
el último momento de mi vida. Sueño, volver a abrazar a Fidel, como un día él
nos abrazó a mí y a Ora y decirle: ¡Vio
mi Comandante, se ha hecho justicia…los terroristas han sido juzgados… Nadie
más llorará por sus crímenes, como lloramos Tiziana, Livio, mi mujer y yo…!
Pido a todos ustedes que me permitan cumplir este sueño.
Juntos podremos lograrlo si denunciamos la injusticia y la doble moral de los
imperialistas, si luchamos porque Luis Posada Carriles pueda ser extraditado a
Venezuela para ser juzgado por sus crímenes; si luchamos por la libertad de los
Cinco y por la paz en un mundo mejor para todos.
Muchas gracias,
Giustino Di Celmo
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