Tomado del diario Granma
Sergio Alejandro Gómez
Uno de los grandes desafíos que tuvo que
afrontar la Revolución Cubana fue desmantelar el sistema penitenciario
establecido por la tiranía batistiana, en el que imperaban la corrupción
judicial y administrativa, el crimen despiadado, los maltratos físicos y
la tortura, las desapariciones, la
discriminación racial y social y el tratamiento brutal al hombre
sancionado, en detrimento de su integridad y dignidad humanas.
Junto al combate contra la injusticia y
la desigualdad social, la ignorancia, la violencia, los males y vicios
de la sociedad capitalista que llevaba a prisión a los humildes,
mientras que los corruptos y malversadores disfrutaban del poder y se
repartían el país, hubo que destruir el régimen carcelario heredado y
sustituirlo por un sistema penitenciario profundamente humano,
sustentado en el respeto y el control riguroso de la aplicación de
leyes, reglamentos y políticas que se inspiran en la máxima de reeducar y
rehabilitar a cada persona recluida para su reinserción social.
Se desactivaron las viejas prisiones que
carecían de condiciones para la vida humana y se construyeron nuevas
instalaciones en condiciones cerradas y abiertas que incorporaron
conceptos humanistas, respetando las normas y principios desarrollados
por la ciencia penal internacional y las mejores prácticas de
tratamiento a reclusos.
Se perfeccionó la legislación
penitenciaria y su base reglamentaria, teniendo en cuenta los preceptos
de las “Reglas Mínimas Internacionales para el Tratamiento a los
Reclusos”, aprobadas en el Primer Congreso sobre la Prevención del
Delito y el Tratamiento al Delincuente, celebrado en 1955, en Ginebra,
Suiza. Las sucesivas actualizaciones internacionales a esas normas han
sido asimiladas y aplicadas al sistema cubano.
En el perfeccionamiento del sistema
penitenciario y en correspondencia con las transformaciones
desarrolladas en el campo educacional a nivel nacional, se ha
instrumentado un conjunto de programas, proyectos y acciones que
posibilita alcanzar con los internos en prisión mayores niveles de
desarrollo educativo, y con ello resultados aún más efectivos en su
rehabilitación y ulterior reinserción social.
Los programas educativos han tenido un
impacto positivo en el mejoramiento de las relaciones y la comunicación
entre los internos y los funcionarios, al posibilitar un mayor
acercamiento de los sancionados a las personas que los custodian y
rehabilitan, y a la sociedad y viceversa. De igual modo, han creado un
ambiente de superación y mejoramiento humano en las prisiones.
En la actualidad 27 095 internos reciben
instrucción escolar en todos los niveles de enseñanza y 24 531 están
integrados a programas de capacitación de oficios a pie de obra o en
cursos especializados.
Asimismo, desde el 2009 se evidencia una
evolución de las iniciativas y programas que se realizan en los centros
penitenciarios para elevar el nivel cultural de los internos y
dignificar al ser humano.
Entre los novedosos proyectos
desarrollados se encuentran: “De la punta al cabo y la Isla también”
organizado por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y el ICAIC,
que incluye llevar a los centros penitenciarios exposiciones de artes
plásticas y fotografías; actividades con artistas, organizaciones de la
sociedad civil y el Ministerio de Cultura para programar visitas de
prestigiosas figuras del quehacer cultural a las prisiones.
La iniciativa “Expedición cultural por el mejoramiento humano”, organizada por el cantautor Silvio Rodríguez,
se desarrolla desde enero del 2008 y ha incluido conciertos y otras
actividades para los internos, en los que se involucran escritores,
trovadores, cineastas, pintores e instructores de arte.
Con el apoyo del INDER, se desarrolla la
práctica masiva del deporte en la población penal, que incluye
olimpiadas nacionales y regionales. Asimismo, se priorizan programas
especiales de atención diferenciada a la mujer y los jóvenes como, por
ejemplo, el denominado “Educa a tu Hijo” para garantizar la vinculación
de los sancionados con sus familias.
A todo lo anterior se suma un fuerte programa de atención integral de salud en correspondencia con el desarrollado en el país.
Otro de los principios fundamentales del
sistema cubano ha sido la incorporación voluntaria al trabajo
socialmente útil y remunerado, y a la Seguridad Social. Hoy están
incorporados al trabajo 23 113 reclusos que reciben su salario, según
las tarifas establecidas en el país para el resto de los trabajadores.
Pese a las dificultades económicas que el
país ha tenido que afrontar, no se ha justificado nunca la negación de
la justicia, ni se ha invocado la amenaza de tipo alguno para
desnaturalizar o desconocer los derechos fundamentales de las personas
privadas de libertad.
Cuba es un país subdesarrollado y a la
vez sometido a un brutal bloqueo por parte de Estados Unidos desde hace
más de cincuenta años, por lo que las reformas y mejoras al sistema
carcelario se han impulsado en el contexto de los limitados recursos
disponibles. Ello, unido a la continua crisis económica y financiera
mundial, crea serios obstáculos y desafíos para nuestro desempeño. No
obstante, se han llevado a cabo proyectos de reparación y
acondicionamiento de los centros penitenciarios para mejorar las
condiciones de vida de los 57 337 internos (31 494 en condiciones
cerradas y 25 843 en instalaciones abiertas).
Desde el año 2007 comenzó un proceso
inversionista en virtud de la aprobación del Plan Director de
Inversiones para el Sistema Penitenciario que abarca hasta el año 2017,
el cual ha permitido asumir, de forma paulatina, la restauración de la
infraestructura penitenciaria y mejorar así las condiciones de vida en
las capacidades afectadas.
En diciembre del pasado año, en un gesto
humanitario y soberano, y en estricto apego a las leyes del país, se
concedió el indulto a más de 2 900 sancionados. Entre estos estaban
mujeres, enfermos, personas con más de 60 años de edad y también jóvenes
que han elevado su nivel cultural y las posibilidades de reinserción
social. Esta cifra forma parte de las 10 129 personas que en los últimos
seis meses han egresado de prisión por distintos beneficios.
De manera sistemática y en cifras anuales
superiores a las comprendidas en el indulto ya citado, el Tribunal
Supremo Popular, la Fiscalía General de la República y los órganos
especializados del Ministerio del Interior, según las regulaciones
legales vigentes, evalúan y disponen la excarcelación anticipada de
sancionados, atendiendo a su comportamiento, las características de los
hechos cometidos y las condiciones familiares y de salud.
La legislación vigente en Cuba y consecuentemente la
que rige en su sistema penitenciario, contiene las garantías
fundamentales universalmente aceptadas que protegen los derechos de
todas las personas. El respeto a la dignidad plena del hombre y el
mejoramiento humano, constituyen no solo la esencia de la voluntad
política del gobierno cubano, sino una realidad inocultable de la
Revolución.
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